martes, 27 de diciembre de 2011

Reinauguración


Con un año tan duro como lo fue este, escribir cosas medianamente relevantes se hizo casi imposible. Aún así, con aquello de releer lo que escribes para recordar tu vida, me tomé el tiempo de revisar lo que publiqué.

No puedo decir que venía a recordar todo, quise volver a traer a mis pensamientos lo que viví entre sueños porque a últimas fechas se hizo realidad una y otra vez. No es que haya decidido que seré vidente a partir de hoy, en realidad ese es un molde de mis reencuentros.

En un solo mes ya tuve tres de ellos, con toda la variedad en cuanto al tiempo de espera: muchos años, pocos años y meses; y en todos fue la otra persona quien decidió acercarse, dejando por confirmado lo que tantas veces me ha dicho cierta persona: eres muy orgulloso.

Mi orgullo es grande porque es la única forma que conozco para mostrarle a quienes alguna vez les dejé ver que no soy una mala persona es que sepan que cuando me desperdician no seré yo quien tenga que componer las cosas si se pudre el rancho.

En fin, el punto aquí es que terminé revisando todas las publicaciones y vi que fui yo quien subvaloró lo que está aquí guardado. Hay cosas que aún sé porqué escribí, otras que no pero aún así expresan cómo veo mi mundo y el de los demás. Extraño escribir todo eso: mis cuentos, mis reflexiones chafonas al estilo stereo joya, mis
historias del primo de un amigo...

¿Qué mas da si no pueden salir de aquí a recibir un premio? Empecé a hacerlo porque creí que era un chingón así que puedo volver a darme mis propios baños de grandeza, a ver si alguno de mis amigos comenta algo que me haga pensar que lo hago bien.

Prometo dejar estas publicaciones personalistas para casos de emergencia y ponerme a hacer más cosas como Almohada, Miedo, La cobija, Ser otro, En vida (el más reciente) y todos esos que me dieron el gusto de que me regalaran comentarios.

P.D. Ah sí, volví a notar que definitivamente soy un azotado y hasta me llaman esos temas pero mi gusto es y me hace quien soy. Gracias por los aplausos, que Dios les pague con hijo cada aplauso que me brinden.



viernes, 15 de julio de 2011

Entre sueños

Comenzaste buscando información que no necesitas sobre un tema que no te interesaba, de la forma que jamás acostumbraste hacerlo: buscando en lo que creiste la fuente. Decidiste que la buscarías en mi territorio, aquel lugar que pese a que no frecuento, fue aquel al que pudiste dar la etiqueta que me relacionara con el tuyo. Para ti mi territorio es mi escuela, que hace mucho abandoné por dedicarme a las tareas de un ser humano.

En la parada del autobús que mira hacia ese lugar, como tenía que pasar te encontré intentabas a toda costa disimular tu reacción para poder fingir que no notaste mi presencia. Esperabas sobre la banqueta pero ni siquiera necesitas un camión para ir a donde debes, incluso pasó el trolebús que me paseó frente a tí hace tanto tiempo, hecho curioso pues no su ruta no cruza por donde te acabo de encontrar.

-Si quieres evitar a los amigos, no tienes que ir a buscarlos- te dije, aunque al principio en tu defensiva lo sentiste como una agresión, fue mi siempre amigable forma de ser la que hizo posible que la conversación continuara. Así te diste cuenta que lo de 'amigos' lo dije con sinceridad, luego decidí que te acompañaría a tu destino.

Me contaste tus planes, lo que te trajo aquí, pasamos el dia caminando y hablando de cosas que tal vez no recuerdes pero sabemos cómo te hizo sentir. Por ocho horas olvidaste que cada quien siguió el camino que entendio más próspero y que nunca sabremos quien decidió mejor porque no hablaremos en mucho tiempo.

Fueron un par de horas disueltas en unos cuantos minutos, ninguno de los dos hubiera querido que terminara porque nos esperan años de sequía en la amistad. Tiene que acabar para que te des cuenta que has dejado atrás las cosas, pero te queda la esperanza de que este sueño lo haya tenido yo también.

Guarda muy bien este recuerdo y la pŕoxima vez que me veas, tras largos años, pregúntame si lo tengo. Verás que, aún en sueños yo fui la que te buscó para recomponer lo que yo misma terminé con un solo corte.


viernes, 15 de abril de 2011

En vida

Amanda descolgó tras el quinto llamado del teléfono, se trataba de Fernando que había tenido un ligero accidente la noche anterior por revisar el teléfono mientras cruzaba la calle. Entre la hora, la necesidad de reportarse a casa y el regocijo de haber pasado con Amanda la tarde entera, mirar hacia ambos lados era lo menos importante.

―Hola Amanda, ¿cómo estas? te llamo porque...― dijo Fernando al escuchar que descolgaban y comenzó a explicar el incidente para pedirle un sencillo favor: ―¿Puedes venir a verme? tengo algo que contarte.―

Naturalmente Amanda accedió inmediatamente a la petición, en realidad ella habría hecho casi cualquier cosa por su amigo. Así fue que Amanda se arregló como si fuera una ocasión especial, ella sabía en el fondo que algo importante pasaría, no podía dejarlo pasar.

Todo fue que la puerta de la habitación 303 apenas se moviera para que Fernando supiera que ella había llegado, pasó la mañana entera pensando en las palabras adecuadas para lo que tenía que decir. El incidente con ese auto lo había hecho entender que no debía dejar pasar más tiempo del que ya había esperado así que tan pronto entró Amanda, más bella de lo que la había visto jamás, la saludó y comenzó a recitarle el discurso que tanto había ensayado.

El mensaje era sencillo: desde que se conocieron, Fernando estaba enamorado y no lo había querido contar por miedo a lo que pudiera perder, pero la noche anterior todo había cambiado. Por supuesto Amanda se sorprendió, aunque sospechaba que la ocasión era especial, pero esa confesión superaba sus expectativas. En el fondo la noticia la tenía encantada y ahora esperaba la declaración a algo más formal, la cual no se hizo esperar y fua aceptada al momento por Amanda.

En vida hermano, en vida. La escena es sensible pero agradable, los buenos sueños así son, más cuando intervienen ciertos efectos como una percepción de cercanía a donde todo se ilumina y puedes observar tu vida desde otro lugar.

No soy el mensajero de las buenas noticias, Fernando no había despertado desde la noche que lo atropellaron en su borrachera sentimental. Sin embargo era capaz de soñar lo que acabo de contar y claro que a mí me hubiera gustado que terminara como lo imaginó pero sólo reaccionó para sentir su último estertor mientras pensaba en Amanda.

Con quién sueñas nunca es tan importante como en quién piensas al despertar, algunas veces no recuerdas un sueño mientras que tu primer pensamiento del día es casi un acto reflejo de tus sentimientos y en ambos casos, ignorarlos es grave.

Amanda sufrió un tiempo la pérdida de su mejor amigo pero alguien con menos ataduras aprovechó la situación para consolarla y olvidar juntos a Fernando.




lunes, 21 de marzo de 2011

Si ellas estuvieran aun aquí, habría alguna diferencia en lo que es usted ahora?

En lo personal creo que sí habría diferencia, por lo general soy diferente para bien. Sólo existe una persona con la que haber mantenido contacto me habría hecho bien porque cuando estuvimos cerca influyó positivamente en mí, a un precio alto hay que decir, pero me volvió mejor persona. Sin embargo aunque daría lo que fuera por resolver el problema la verdad es que no hay fuerza ya en este mundo que lo haga así que sólo me queda pensar que así tiene que ser.

Adelante, pregunta sin vergüenza

martes, 8 de febrero de 2011

Traición

Apenas vio que el duque había expirado, lord de Winter corrio a la terraza donde se hallaba Felton bajo la custodia de los soldados.

―¡Eres un miserable! ―dijo el barón al teniente, quien después de dar muerte a Buckingham había recobrado su serenidad habitual y ya no la volvería a perder―.

¿Sabes lo que has hecho?

―Me he vengado.

―No ―exclamó el barón―, no te has vengado; has sido un simple instrumento de esa mujer maldita. Pero te juro que no cometerá ningún nuevo crimen.

―No sé lo que quiere decir ―dijo Felton, impasible―. Ignoro a qué mujer se refiere, milord. He matado a Buckingham porque ha rechazado dos veces mi petición de ascenderme a capitán. Le he castigado por su injusticia.

Lord de Winter estaba asombrado. Tanta insensibilidad le desconcertaba. Sin embargo, algo nublaba la fernte de Felton. Cada vez que oía sus pasos o voces, el ingenuo puritano creía que Milady llegaba para arrojarse a sus brazos, acusarse a sí misma y perderse con él. De pronto se estremeció. Su mirada se había fijado en un punto del mar que se dominaba desde la terraza. Con su vista de marino había advertido que aquel punto que otro habría tomado por una gaviota deslizándose en la superficie era el velero fletado por él y que se dirigía a las costas de Francia. Palideció y se llevó la mano al pecho, a su corazón torturado, al comprender la traición de lady Winter.

―¿Puede concederme un último favor? ―. Preguntó Felton a lord de Winter.

―¿Qué favor?

―Digame qué hora es.

El barón consulto su reloj y repuso:

―Las nueve menos diez.

Milady había adelantado hora y media su salida. El velero navegaba bajo un cielo azul, a gran distancia de la costa.

―Así lo ha querido Dios ―murmuró Felton con fanática resignación, pero sin poder apartar la vista de aquella nave, donde sin duda creía distinguir la blanca silueta de la mujer por la que había sacrificado su vida.

Alejandro Dumas en

Los Tres Mosqueteros.

lunes, 7 de febrero de 2011

Redacción y exposición II

Es muy bonito es esto de llevar una materia donde te obligan a escribir, me ahorran la búsqueda de un tema y además me permite hacer mi tarea mientras escribo en mi blog. Quizás el único inconveniente sea que estoy limitado a media cuartilla.

En este ejercicio hubo que leer un discurso de Gabriel García Márquez llamado Botella al mar para el dios de las palabras, el cual fue leido anta el I Congreso Internacional de la Lengua Española en Zacatecas el ya lejano año de 1997 y que por cierto causó cierta polémica. La actividad consistía finalmente en escribir mi opinión sobre el tema en esa asfixiante media cuartilla.

¿Cuál sería tu propia opinión sobre el mismo tema del que habla el autor?

El español ha cambiado mucho a lo largo de su vida, tenemos un sin fin de ejemplos siendo el verbo hablar uno de ellos, siendo su origen el verbo fablar del latín y que con el tiempo el castellano enmudecio la efe. Son estos cambios los que García Márquez refiere en su discurso Botella al mar para el dios de las palabras, modificaciones a las palabras que en un principio pueden parecer errores garrafales pero con el paso de los años se vuelven más naturales que la misma forma que les dio vida.

Sin embargo permitirle libertad no significa dar rienda suelta a todos los que usamos el idioma para tratarlo como ropa interior que cada cual respeta según sus propios valores, donde algunos se las quitan ante la menor probabilidad de tener relaciones o satisfacción personal y otros a su vez condenan cualquier forma de experimentar, relegándole esta oportunidad a una etapa más formal donde los únicos autorizados para hacerlo son los reconocidos por una ley que no logra seguirle el paso al tiempo.

Parece imposible que tengan futuro modismos como nta (neta), después de todo las reglas de ortografía vienen de nuestra propia habilidad para producir ciertos sonidos, por eso escribimos empanada en vez de enpanada y la mayoria de nosotros vamos a samborns y no a sanborns. Son estas mismas habilidades las que nos hacen agregar una ese a leiste, hiciste, viste. No existe mejor juez que ellas para decidir lo que se cambia y lo que permanece igual.

Si el reflejo de una cultura es su idioma, no hay que irse a lo extremos del recato y la experimentación, dejemos que la lengua nos siga a donde vamos y tal vez un día sí exista lo que algunos extranjeros llaman, refiriendose a nuestro idioma, mexicano. A final de cuentas así es como nació nuestro español como lengua romance, del conjunto de dialectos vernáculos del latín vivo hablado en las diferentes provincias del imperio romano.

jueves, 3 de febrero de 2011

Redaccion y exposición

Los primeros días de clases, como los primeros dias del año, son oportunidades de reflexionar sobre lo que haces, cómo lo haces y lo más importante: el porqué lo haces.

Mi primer dia en Redacción y exposición de temas de ingeniería, asignatura optativa en mi plan de estudios, trajo una tarea que a pesar de ser sencilla contribuyó a esta reflexión. Consistió en una pequeña composición que respondiera la pregunta ¿Por qué elegí la materia? y he aquí el resultado.


Cuando cursé en cuarto semestre la optativa de humanidades que ofrece mi plan de estudios, sin duda la opción más llamó mi atención fue la de Redacción y exposición de temas de ingeniería, sin embargo el grupo no se abrió en ese momento y me vi obligado a cursar la asignatura de Temas selectos de filosofia y ciencia.

Por esta razón me quedé con la intención de llevarla en algún momento de mi carrera aún cuando ya hubiese acreditado la optativa de humanidades. Ese momento llega, por fin, cuando doy de alta las materias que corresponden al séptimo semestre de mi carrera.

Si hablo de que me tomo estas molestias para tomar una materia extra significa que de verdad tengo interés de cursar Redacción. Esto es porque siempre he tenido la inquietud de desarrollar habilidades de expresión escrita las cuales, quisiera comentar, son mejores a mis habilidades matemáticas; sin que este comentario parta de la idea que poseo buenas facultades para la matemática.

En los resultados de mi examen del concurso de ingreso a la UNAM fueron los conocimientos de la lengua las que me aportaron mayor puntuación, contrario a lo que se espera en el área de las ciencias y la ingeniera, pues las contribuciones de mi conocimiento en este rubro fueron poco significativas.

Desde que me sucedió esto, he pensado que vale mucho la pena continuar mejorando estas cualidades para un mejor desarrollo tanto ingenieril como personal puesto que saber escribir y saber hablar representa más que poder relacionarse con las personas, también representa cambios importantes en nuestra manera de pensar puesto que el procedimiento para comunicarse de forma oral es totalmente distinto al que utilizamos para hacerlo de forma escrita. El manejo de ambas metodologías permite una mayor velocidad mental.

Todo esto sin olvidar la agradable sensación de no encajonarse a una sola forma de ver las cosas donde las cosas sean blancas o negras, sino que estas tienen matices que te permiten comprender mejor lo que pasa a tu alrededor.