jueves, 3 de febrero de 2011

Redaccion y exposición

Los primeros días de clases, como los primeros dias del año, son oportunidades de reflexionar sobre lo que haces, cómo lo haces y lo más importante: el porqué lo haces.

Mi primer dia en Redacción y exposición de temas de ingeniería, asignatura optativa en mi plan de estudios, trajo una tarea que a pesar de ser sencilla contribuyó a esta reflexión. Consistió en una pequeña composición que respondiera la pregunta ¿Por qué elegí la materia? y he aquí el resultado.


Cuando cursé en cuarto semestre la optativa de humanidades que ofrece mi plan de estudios, sin duda la opción más llamó mi atención fue la de Redacción y exposición de temas de ingeniería, sin embargo el grupo no se abrió en ese momento y me vi obligado a cursar la asignatura de Temas selectos de filosofia y ciencia.

Por esta razón me quedé con la intención de llevarla en algún momento de mi carrera aún cuando ya hubiese acreditado la optativa de humanidades. Ese momento llega, por fin, cuando doy de alta las materias que corresponden al séptimo semestre de mi carrera.

Si hablo de que me tomo estas molestias para tomar una materia extra significa que de verdad tengo interés de cursar Redacción. Esto es porque siempre he tenido la inquietud de desarrollar habilidades de expresión escrita las cuales, quisiera comentar, son mejores a mis habilidades matemáticas; sin que este comentario parta de la idea que poseo buenas facultades para la matemática.

En los resultados de mi examen del concurso de ingreso a la UNAM fueron los conocimientos de la lengua las que me aportaron mayor puntuación, contrario a lo que se espera en el área de las ciencias y la ingeniera, pues las contribuciones de mi conocimiento en este rubro fueron poco significativas.

Desde que me sucedió esto, he pensado que vale mucho la pena continuar mejorando estas cualidades para un mejor desarrollo tanto ingenieril como personal puesto que saber escribir y saber hablar representa más que poder relacionarse con las personas, también representa cambios importantes en nuestra manera de pensar puesto que el procedimiento para comunicarse de forma oral es totalmente distinto al que utilizamos para hacerlo de forma escrita. El manejo de ambas metodologías permite una mayor velocidad mental.

Todo esto sin olvidar la agradable sensación de no encajonarse a una sola forma de ver las cosas donde las cosas sean blancas o negras, sino que estas tienen matices que te permiten comprender mejor lo que pasa a tu alrededor.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy bueno! Feliz inicio de semestre y también todo el que resta.