sábado, 24 de octubre de 2009
Miedo
Es miedo lo que se transpira y nada tiene que ver con las vísperas a la efeméride de noviembre, es una sensación de incertidumbre, desconfianza y soledad en un momento importante. Siento de repente un vacío en la parte alta del estómago, mis pulmones parecen por momentos ser suficientes para acarrear el aire que necesito y la penumbra que antes era cotidiana provoca un nudo en mi garganta.
No creo ser yo, el abandono se percibe por todos los rincones de esta casa, las paredes lucen tan sucias ahora y no hay calor; un silencio que por momentos da la sensación de hacer más largos los minutos. Hoy hasta el perro me busca con mayor insistencia, como proponiendome mutuo beneficio, un momento de simbiosis donde yo velo por él y él por mi.
La lluvia comenzó apenas minutos atrás y aunque no es fuerte, el silencio de este lugar la hacce sonar como aguacero hace algunos meses
Alguien en algún momento se le ocurrió que el miedo venía con seres enfermos, feos o en la locura. Hoy para mi esta cruzando la puerta y se basa en la reacción de la gente normal ante una situación que se rebasa sus posibilidades, es miedo a lo nuevo y por supuesto desconocido, no es miedo a lo que pueda llegar sino a lo que yo pueda hacer.
Yo sé que no estas aquí porque no te he pedido que lo estes y no lo he hecho porque no sé qué es lo que espero, lo que puedo dar a cambio y de alguna forma sí, también es como el miedo que te describo, el cual no sé afrontar. Algunas veces sólo lo ignoro y trato de seguir ignorando lo que este por delante pero el camino siempre parece más largo cuando no vés a dónde te diriges.
Me siento deshagado pero la sensación no se va, a decir verdad creo que ha venido creciendo por varias semanas, mi confundido criterio me dice que se va a terminar pronto pero la situación se agrava por un sentimiento de autoabandono y ahora tengo miedo del propio miedo.
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