martes, 8 de febrero de 2011

Traición

Apenas vio que el duque había expirado, lord de Winter corrio a la terraza donde se hallaba Felton bajo la custodia de los soldados.

―¡Eres un miserable! ―dijo el barón al teniente, quien después de dar muerte a Buckingham había recobrado su serenidad habitual y ya no la volvería a perder―.

¿Sabes lo que has hecho?

―Me he vengado.

―No ―exclamó el barón―, no te has vengado; has sido un simple instrumento de esa mujer maldita. Pero te juro que no cometerá ningún nuevo crimen.

―No sé lo que quiere decir ―dijo Felton, impasible―. Ignoro a qué mujer se refiere, milord. He matado a Buckingham porque ha rechazado dos veces mi petición de ascenderme a capitán. Le he castigado por su injusticia.

Lord de Winter estaba asombrado. Tanta insensibilidad le desconcertaba. Sin embargo, algo nublaba la fernte de Felton. Cada vez que oía sus pasos o voces, el ingenuo puritano creía que Milady llegaba para arrojarse a sus brazos, acusarse a sí misma y perderse con él. De pronto se estremeció. Su mirada se había fijado en un punto del mar que se dominaba desde la terraza. Con su vista de marino había advertido que aquel punto que otro habría tomado por una gaviota deslizándose en la superficie era el velero fletado por él y que se dirigía a las costas de Francia. Palideció y se llevó la mano al pecho, a su corazón torturado, al comprender la traición de lady Winter.

―¿Puede concederme un último favor? ―. Preguntó Felton a lord de Winter.

―¿Qué favor?

―Digame qué hora es.

El barón consulto su reloj y repuso:

―Las nueve menos diez.

Milady había adelantado hora y media su salida. El velero navegaba bajo un cielo azul, a gran distancia de la costa.

―Así lo ha querido Dios ―murmuró Felton con fanática resignación, pero sin poder apartar la vista de aquella nave, donde sin duda creía distinguir la blanca silueta de la mujer por la que había sacrificado su vida.

Alejandro Dumas en

Los Tres Mosqueteros.

lunes, 7 de febrero de 2011

Redacción y exposición II

Es muy bonito es esto de llevar una materia donde te obligan a escribir, me ahorran la búsqueda de un tema y además me permite hacer mi tarea mientras escribo en mi blog. Quizás el único inconveniente sea que estoy limitado a media cuartilla.

En este ejercicio hubo que leer un discurso de Gabriel García Márquez llamado Botella al mar para el dios de las palabras, el cual fue leido anta el I Congreso Internacional de la Lengua Española en Zacatecas el ya lejano año de 1997 y que por cierto causó cierta polémica. La actividad consistía finalmente en escribir mi opinión sobre el tema en esa asfixiante media cuartilla.

¿Cuál sería tu propia opinión sobre el mismo tema del que habla el autor?

El español ha cambiado mucho a lo largo de su vida, tenemos un sin fin de ejemplos siendo el verbo hablar uno de ellos, siendo su origen el verbo fablar del latín y que con el tiempo el castellano enmudecio la efe. Son estos cambios los que García Márquez refiere en su discurso Botella al mar para el dios de las palabras, modificaciones a las palabras que en un principio pueden parecer errores garrafales pero con el paso de los años se vuelven más naturales que la misma forma que les dio vida.

Sin embargo permitirle libertad no significa dar rienda suelta a todos los que usamos el idioma para tratarlo como ropa interior que cada cual respeta según sus propios valores, donde algunos se las quitan ante la menor probabilidad de tener relaciones o satisfacción personal y otros a su vez condenan cualquier forma de experimentar, relegándole esta oportunidad a una etapa más formal donde los únicos autorizados para hacerlo son los reconocidos por una ley que no logra seguirle el paso al tiempo.

Parece imposible que tengan futuro modismos como nta (neta), después de todo las reglas de ortografía vienen de nuestra propia habilidad para producir ciertos sonidos, por eso escribimos empanada en vez de enpanada y la mayoria de nosotros vamos a samborns y no a sanborns. Son estas mismas habilidades las que nos hacen agregar una ese a leiste, hiciste, viste. No existe mejor juez que ellas para decidir lo que se cambia y lo que permanece igual.

Si el reflejo de una cultura es su idioma, no hay que irse a lo extremos del recato y la experimentación, dejemos que la lengua nos siga a donde vamos y tal vez un día sí exista lo que algunos extranjeros llaman, refiriendose a nuestro idioma, mexicano. A final de cuentas así es como nació nuestro español como lengua romance, del conjunto de dialectos vernáculos del latín vivo hablado en las diferentes provincias del imperio romano.

jueves, 3 de febrero de 2011

Redaccion y exposición

Los primeros días de clases, como los primeros dias del año, son oportunidades de reflexionar sobre lo que haces, cómo lo haces y lo más importante: el porqué lo haces.

Mi primer dia en Redacción y exposición de temas de ingeniería, asignatura optativa en mi plan de estudios, trajo una tarea que a pesar de ser sencilla contribuyó a esta reflexión. Consistió en una pequeña composición que respondiera la pregunta ¿Por qué elegí la materia? y he aquí el resultado.


Cuando cursé en cuarto semestre la optativa de humanidades que ofrece mi plan de estudios, sin duda la opción más llamó mi atención fue la de Redacción y exposición de temas de ingeniería, sin embargo el grupo no se abrió en ese momento y me vi obligado a cursar la asignatura de Temas selectos de filosofia y ciencia.

Por esta razón me quedé con la intención de llevarla en algún momento de mi carrera aún cuando ya hubiese acreditado la optativa de humanidades. Ese momento llega, por fin, cuando doy de alta las materias que corresponden al séptimo semestre de mi carrera.

Si hablo de que me tomo estas molestias para tomar una materia extra significa que de verdad tengo interés de cursar Redacción. Esto es porque siempre he tenido la inquietud de desarrollar habilidades de expresión escrita las cuales, quisiera comentar, son mejores a mis habilidades matemáticas; sin que este comentario parta de la idea que poseo buenas facultades para la matemática.

En los resultados de mi examen del concurso de ingreso a la UNAM fueron los conocimientos de la lengua las que me aportaron mayor puntuación, contrario a lo que se espera en el área de las ciencias y la ingeniera, pues las contribuciones de mi conocimiento en este rubro fueron poco significativas.

Desde que me sucedió esto, he pensado que vale mucho la pena continuar mejorando estas cualidades para un mejor desarrollo tanto ingenieril como personal puesto que saber escribir y saber hablar representa más que poder relacionarse con las personas, también representa cambios importantes en nuestra manera de pensar puesto que el procedimiento para comunicarse de forma oral es totalmente distinto al que utilizamos para hacerlo de forma escrita. El manejo de ambas metodologías permite una mayor velocidad mental.

Todo esto sin olvidar la agradable sensación de no encajonarse a una sola forma de ver las cosas donde las cosas sean blancas o negras, sino que estas tienen matices que te permiten comprender mejor lo que pasa a tu alrededor.