lunes, 9 de enero de 2012

Mi boya

¿No es extraño cómo la gente cambia? Unos temen un día el rechazo, a otros les aterra causar que alguien los idealice porque. Al final llegamos a ver que todo aquello a lo que teníamos miedo, ahora parece simplemente que no tiene ningún valor.

Hay días en que me identifico con el Doctor Jekyll, puedo verme a mí mismo haciendo cosas y tomando decisiones que en otros años, no los mejores dicho sea de paso, no habría considerado. Me doy cuenta cómo poco a poco comienzo a Ser Otro que entiende de mejor manera cómo funcionan las personas que le rodean al punto en que siento que hasta las he manipulado.

Igual que Henry cada vez que me veo cambiar un aspecto de mi forma de ser, sé que estoy un paso más lejos de quien solía ser y me transformo en una persona de corazón acartonado que se ha programado para observar a los demás en busca de sus defectos y la forma de sacarle provecho.

Mr. Hyde es el deseo por ser quien no te permites ser, esta otra cara existe porque la he tenido que utilizar demasiadas veces con quienes no se esperaría que fuese necesario. Pero todavia existen en este gran lago que rodea quien solía ser, boyas que me hacen recordar lo mejor de mí y me regresan a tierra firme.

Tú eres una, la más importante, me recordaste que lo que vi en ti me gustó porque me complementabas. La corriente me regresó a donde tú estás para darme cuenta que necesito volver a ser quien me hiciste ser un día, pero lo más extraño es que algunos de mis cambios me ayudaron a acercarme más a ti.

No puedo cambiar a la gente, como tampoco puedo impedir ser quien tengo que ser, pero ahora entiendo que no hace falta dejar atrás lo mejor de otros días. Hoy puedo decir que amo el mundo a través de ti porque éste cambia cuando estás cerca de mí.

Mi poción necesita cada día más del activo: tu voz, tu olor, tus manos, tu cariño y sobre todo tus ojos, porque eres lo único a lo que puedo aferrarme en estos días, eres la prueba y la esperanza de que al final el esfuerzo rinde frutos que no he de recoger hasta que la vida me diga que es apropiado.