El amor no es esencialmente una relación con una persona específica: es una actitud, una orientación del carácter que determina el tipo de relación de una persona con el mundo como totalidad, no con un "objeto" amoroso. Si una persona ama sólo a otra y es indiferente al resto de sus semejantes, su amor no es amor, sino una relación simbiótica, o un egotismo ampliado. Sin embargo, la mayoria de la gente supone que el amor está constituido por el objeto, no por la facultad. En realidad, llegan a creer que el hecho de que no amen sino a una determinada persona prueba la intensidad de su amor. Trátase aquí de la misma falacia que mencionamos antes. Como no comprenden que el amor es una actividad, un poder del alma, creen que lo único necesario es encontrar un objeto adecuado -y que después todo viene solo-. Puede compararse esa actitud con la de un hombre que quiere pintar, pero que en lugar de aprender el arte sostiene que debe esperar el objeto adecuado, y que pintará maravillosamente bien cuando lo encuentre. Si amo realmente a una persona, amo a todas las personas, amo al mundo, amo la vida. Si puedo decirle a alguien "Te amo", debo poder decir "Amo a todos en ti, a través de ti amo al mundo, en ti me amo también a mi mismo".
Mes de septiembre, por una semana todo se vuelve tricolor, aclarando que esos tres colores son el verde blanco y rojo, los autos usan banderitas que bailan como si fueran maripositas y aún más porque la selección de futbol ya esta virtualmente en el mundial.
Por unas horas, el 15 de septiembre se nos olvida dónde estamos y todo es nacionalismo y/o repudio total a lo extranjero (hasta cambiamos la Coca por los Jarros) para admirar lo que sólo comemos de vez en cuando cuando andamos en pueblitos o cuando no alcanza para ir a los Cortes Argentinos. No sé si la visión me ha cambiado o realmente no es como cuando era niño pero creo recordar que esta costumbre solía durar más en esos años, tal vez una semana, o quizás es por culpa de los bailables de la primaria en que nos tomaba un mes prepararlo.
Durará más o tal ves menos pero lo que si es que no es tan bonito olvidarse un tiempo muy breve de lo malo que tiene este país, que por supuesto lo tiene, y acabada la borrachera de patriotismo llega la cruda de recordar los problemas de siempre.
A esto viene el fragmento con que inicio. Aunque Fromm se refiera al amor entre dos personas, es igual de cierto para este tema, de nada sirve un amor "por encimita" sólo cuando me recuerdan que somos independientes, y eso por decir algo. El amor por las raíces, llámese país, ciudad o pueblo, está en conocer su historia, sus rincones y su gente, sobre eso podremos saber lo que decimos cuando hablamos de México y aprenderemos a criticarlo sabiendo lo que se puede hacer (No me digas cuál es el problema, eso ya lo sé, mejor dime la solución).
Por lo pronto, en lo que nos decidimos por llevarlo a la práctica, que este año sea nuestro último mes patrio egoísta y olvidemos todo por 5 o 6 horas pero para el que viene hay que hacerse el propósito de aprender algo nuevo de historia.
Finalmente para que le entremos un poquito m as a tomarle cariño a la ciudad, está este audio de La Ciudad en el Centro de Vicente Leñero en voz del mismo Leñero, pueden encontrar más en la página de Descarga Cultura.